sábado, 7 de abril de 2012

PARA EL ADULTO MAYOR

Manipulación genética contra la vejez

CIENTÍFICOS SUIZOS MODIFICARON los genes de ratones con prometedores resultados: se hicieron más fuertes y rápidos. La técnica podría aplicarse contra el envejecimiento muscular.

Manipulación genética contra la vejez
Archivo | Los científicos descubrieron un componente genético encargado de inhibir la producción de tejido muscular. Los ratones que fueron modificados en sus genes lograron una resistencia física notablemente mayor.
Un experimento liderado por la Escuela Federal Politécnica de Lausana (EFPL) ha obtenido ratones y gusanos con músculos más fuertes y mejor constituidos, lo que les permite, entre otras cosas, correr más rápido y más lejos que sus congéneres.

Tras haberse eliminado de sus organismos por manipulación genética un receptor que inhibe la fabricación de tejido muscular, estos ratones y gusanos demostraron ser "verdaderos corredores de maratones", capaces además de aguantar mejor las bajas temperaturas.

La institución científica suiza indicó que si estos resultados se confirman en seres humanos se podría tratar la degeneración muscular originada por el envejecimiento o por determinadas condiciones genéticas.

Nuevas investigaciones sobre las probables aplicaciones terapéuticas de este descubrimiento podrían favorecer, por ejemplo, a las personas mayores que por su fragilidad muscular son propensas a las caídas, en ocasiones con graves consecuencias.

Incluso se vislumbra la posibilidad de que esto sirva de base para un tratamiento de las distrofias musculares de origen genético, afirmó el profesor Johan Auwerx, máximo responsable de la investigación.

"Si no estuviesen retenidos por el efecto de un inhibidor natural, los músculos serían más fuertes, más poderosos y mejor constituidos de lo que son", explicó el EFPL en un comunicado.

Una vez que entendieron eso, los científicos que participaron en este experimento decidieron manipular el receptor en cuestión y crearon "súper ratones" con una musculatura dos veces más efectiva que la de sus congéneres.

Esos ejemplares pudieron correr casi el doble de la distancia recorrida por ratones que no fueron sometidos al tratamiento, y no sólo eso, sino que también mostraron una mejor tolerancia al frío.

Otro aspecto destacable del descubrimiento es que todos los resultados pudieron ser igualmente constatados en gusanos, lo que para los científicos implica que se pueden aplicar a un amplio espectro de seres vivos.

El tratamiento hizo más obesos a los especímenes estudiados, pero sin que sufrieran en absoluto de diabetes, como los ratones con un sobrepeso similar.

Y uno de los aspectos que más anima a los científicos involucrados es que no encontraron "ni el más mínimo efecto secundario desfavorable" en la eliminación del receptor-inhibidor en cuestión.

Esto ya los ha lanzado a la búsqueda de moléculas medicamentosas capaces de hacer disminuir el efecto de ese receptor.

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