viernes, 27 de abril de 2012

LA CUARTE EDAD MAS ALLÁ DE LOS 100


por: Dr. Alberto Quirantes Hernández*
Actualmente no es excepcional celebrar el cumpleaños número 100. Debido al aumento de la esperanza de vida, cada vez más personas alcanzan en buen estado edades imposibles de imaginar hace tan solo unas décadas.
En algunos países ya se habla de “rectángulo poblacional” y no se menciona la “pirámide” pues casi existe igualdad entre el número de personas jóvenes y los adultos mayores.
Es necesario ir pensando en adecuar soluciones sociales para enfrentar costos incrementados en espiral, pues la jubilación no fue planificada para quienes alcanzaran tres o cuatro décadas más.
También es necesario prepararse a nivel familiar, pues abundan los matrimonios que, en la cima de su desarrollo profesional, deben hacerse cargo de padres e hijos, multiplicando así sus responsabilidades económicas y emocionales.
 
Prevenir es vencer
Con el aumento de la expectativa de vida útil se puede decir: no hay “vejez” en general, sino “vejeces” en particular, y es según la individualidad y el talante de cada quien. Resulta imposible decirle “viejo” a una persona de sesenta años en un mundo donde los mayores de 85 escriben, estudian, leen, trabajan, manejan eficientemente una computadora y se mantienen mucho más activos.
Es bastante común considerar a la mayoría de los adultos mayores como dependientes de los más jóvenes. Sin embargo, en la cotidiana realidad solo una exigua minoría vive en hogares de ancianos o con internación domiciliaria.
Sin temor al tiempo
Con la edad pueden agregarse mayores riesgos de enfermedades como la hipertensión arterial, la obesidad o la diabetes mellitus. Sin embargo, a pesar de las tendencias hereditarias para estas y otras patologías, existen muchas formas de evadir esos riesgos, haciendo que prevalezca la salud física y mental.

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