sábado, 31 de octubre de 2009

ORACI0N A LA ESPERANZA

Un ser querido es como una capilla iluminada. En ella se muestra Dios y se hace presente, ya que una persona es sagrario donde habita el Espíritu Santo del Señor.

Ese ser querido, lo es así porque su vida es luz entre nosotros, de manera que su presencia rompe nuestras oscuridades. Pero llega un momento, inesperado y traicionero, en el que se nos va: la capilla se apaga y esa oscuridad, antes rota, ahora es cada vez más grande, tanto que no somos capaces ver a Dios tal como nos lo mostró.

Queda en el ambiente una esperanza; la esperanza en la Resurrección que, con una humilde llama, nos ayuda a caminar con la certeza de que una vida que lo ha sido llena en el Señor, nos puede hacer sentir, desde lo eterno, ese amor que un día nos regaló y que ahora, cogida de la mano de Dios, nos lo sigue ofreciendo.

Dicen que la energía y la materia, en contra de destruirse, terminan transformándose. ¿Qué sucederá con el amor? Si éste es eterno y no puede destruirse, será porque es capaz de transformarse en Resurrección Eterna.


LUZ DE CRISTO, LUZ DE CRISTO.

LUZ QUE BRILLA SIN CESAR EN MI OSCURIDAD.

LUZ DE CRISTO, LUZ DE CRISTO.

LUZ DE VIDA Y DE VERDAD. LUZ DE LIBERTAD.

TIEMPO PARA LA ORACIÓN COMPARTIDA (peticiones, acción de gracias…).


ACCIÓN DE GRACIAS.

Cuando nos pusimos a preparar esta celebración, no pudimos evitar pensar que con ella, íbamos a dar a Eva su última despedida. ¡Qué triste sería eso si fuese así!: dejar un adiós aquí sobre el altar, en lugar de un sigamos contigo hasta donde Jesús nos prometió. Sería más justo un darte gracias y un pedir a Dios que te permita acompañarnos desde ese lugar, desconocido para nosotros y gozoso para ti, desde donde tú te encuentras.

Eva, te hemos conocido dando vida…, dando vida con tu enorme sonrisa, con tu bondad, con tu búsqueda insaciable de Dios y del sentido de la vida, con tus dudas siempre cargadas de esperanza, con tus ratos de oración en Jumilla… con tu entrega sin medida a Mariano y tus hijos. Te hemos conocido dando vida y te has ido dando vida a Guillermo y a todos los que conservaremos siempre en nuestro corazón la obra que Dios ha hecho en ti.

El viernes, 28 de noviembre, Dios mismo te dijo que habías sido instrumento de su paz.

Padre… sabemos que Tú eres el que permite a Eva seguir cuidándonos, seguir cerca de nosotros desde donde esté.

Nosotros necesitamos más fe para comprenderlo, más esperanza para sentirlo y más amor para vivirlo, pues es tu voluntad la que se ha cumplido, y ésta, siendo tuya, es acto de Amor.

PADRENUESTRO.

CANTO FINAL.

NADA NOS SEPARARÁ. NADA NOS SEPARARÁ.

NADA NOS SEPARARÁ DEL AMOR DE DIOS.

La hiciste para soplar alegría. Con generosidad decía a los trigales la belleza de sus espigas mientras las balanceaba, y haciendo cosquillas a los espíritus tristes, les hacía sonreír.

Pusiste en ella talentos y, con gran acierto y valor, los hizo producir hasta amasar la gran fortuna de ser instrumento de tu paz.

La llevaste a una playa y a ésta se dedicó acariciándola con un amor especial. Con la brisa hiciste de la playa un oasis en el que brotaron tres hermosas palmeras.

Pero la brisa se fue, respondió a tu llamada. No sentimos sus caricias. Éstas ya no volverán.

Cuando la brisa se fue, dejó marcada una senda; fue su penúltimo regalo, un camino de esperanza en cuyo final ella nos espera bajo un cielo sin nubes, soplando alegría y haciendo de su playa el vergel del paraíso.

Canto: “El alma que anda en amor”

LA AMISTAD.

Un maestro es un jardinero que, tomando de la fuente de la sabiduría, riega en el mundo las semillas que lleva en su interior, para que se muestren como un gran árbol.

Eva era una gran maestra; abrió la fuente de la sabiduría y regó la semilla de la amistad que ella misma sembró en nosotros. Nos mostró así un gran árbol que hizo crecer día a día.

(Tomado de “El Profeta”. Khalil Gibran).

Un joven dijo: “Háblanos de la Amistad”. Y él respondió:

Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades. Él es el campo que plantáis con amor y cosecháis con agradecimiento. Y él es vuestra mesa y vuestro hogar. Porque vosotros vais hacia él con vuestra hambre y lo buscáis con sed de paz.

Cuando vuestro amigo os hable francamente, no temáis vuestro propio “no” ni detengáis el “sí”. Y, cuando él permanezca en silencio, que vuestro corazón no cese de oír su corazón; porque cuando hay amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas nacen y se comparten en espontánea alegría. Cuando os separéis de un amigo, no sufráis; porque, lo que más amáis en él se volverá nítido en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés.

Y no permitáis más propósito en la amistad que el ahondamiento del espíritu, porque el amor que no busca más que la aclaración de su propio misterio, no es amor sino una red que, lanzada, sólo recoge lo inútil. Y haced que lo mejor de vosotros, sea para vuestro amigo.

Si él ha de conocer el menguante de vuestra marea, que conozca también su creciente.

Porque, ¿qué amigo es el que buscaréis para matar las horas? Buscadlo siempre para vivir las horas. Porque él está para llenar vuestra necesidad, no vuestro vacío. Y en la dulzura de la amistad dejad que haya brisas y placeres compartidos, porque en el rocío de las cosas pequeñas el corazón encuentra su mañana y se refresca.

No hay comentarios: